El libro de Inger Enkvist constituye en ese clima uno de los textos más valientes que se ha escrito sobre la educación contemporánea.

Inger Enkvist. Repensar la Educación Ediciones Internacionales Universitarias, Madrid, 2006. 158 págs.

La profesora Inger Enkvist ocupa la Cátedra de Español en la Universidad de Lund, Suecia, y es asesora del Ministerio de Educación sueco. Ha dedicado su labor al hispanismo, como traductora y difusora de diversos autores hispanoparlantes, y además se ha dedicado de modo cada vez más intenso a la publicación de importantes ensayos sobre los males de la educación y la enseñanza en la Europa de hoy en día. En el presente libro aborda el estado actual de la educación en el mundo desde la privilegiada perspectiva de quien conoce bien tanto la educación del mundo hispanoparlante como la de los países más desarrollados.

Es el libro de una especialista, pero escrito para un público amplio, en lo cual se puede incluir desde profesores hasta quienes están preocupados por la educación en general (lo cual debiéramos estar todos). Pero no es un libro que nos hunda más aún en la discusión sobre métodos pedagógicos, sino que constituye, por el contrario, una profunda crítica del pedagogismo propio de la educación contemporánea. El libro está nutrido de un conocimiento detallado de las ideologías y filosofías detrás de la actual educación, en particular la intocable autonomía del alumno y la idea de su independencia formativa, que infantiliza y degrada su formación al desestructurar y fragmentar su conocimiento sobre el mundo e impedirle desarrollar hábitos sistemáticos de trabajo. Dichas filosofías son presentadas a los lectores con una cuidadosa combinación de rasgos generales e iluminadores detalles.

Se trata de un libro singularmente atento a cómo influyen sobre la educación tanto aspectos del campo estrictamente pedagógico como tendencias de la sociedad en general. Contiene así extensas consideraciones sobre los cambios en la vida familiar, en el horario laboral, la incidencia del divorcio sobre la educación de los hijos, o el impacto de factores externos como la televisión. Pero al mismo tiempo es un libro atento a detalles específicos del área educativa, especialmente en lo que se refiere al desarrollo del lenguaje, y constituye en este aspecto un libro no sólo de interés general, sino también para quienes ya son especialistas en el campo de la educación. Pero la palabra “especialistas en educación” debe ser tomada con cuidado, pues tales especialistas son en realidad el principal objeto de crítica del libro: “Lo curioso de los famosos pedagogos del siglo XX –opina la autora- es que la mayoría son románticos y no son amigos de la escuela, de la lectura o de los profesores. Tampoco tienen mucho que decir sobre por qué se debe aprender algo. En lugar de esto, hablan de qué método se debe usar para aprender”.

Se trata, en efecto, de un libro en grado sumo crítico, y es por tanto también para lectores interesados en una visión más crítica de la realidad. “El grupo que ha tomado el poder dentro del campo de la educación” –comenta la autora hacia el final- “trata de impedir que otros lo cuestionen, porque cuestionarlo significaría amenazar su poder, sus puestos, el dinero que se les concede para la investigación, es decir, el escenario en el que prosperan”. El libro de Inger Enkvist constituye en ese clima uno de los textos más valientes que se ha escrito sobre la educación contemporánea, comparable en cierto sentido, respecto de la educación escolar, a lo que Allan Bloom hizo hace dos décadas respecto de la educación superior con su libro El Cierre de la Mente Moderna. Aunque ninguno de estos libros trata específicamente sobre el problema de la educación cristiana, debieran ser lectura obligatoria para todo cristiano que quiere entrar a la educación con el espíritu de examen y transformación que nos debiera caracterizar.