Estudios Evangélicos

¡Bienvenidos!

#

Geografía extranjera. Comentario al libro Gare de Lyon

A veces pienso que estar en el mundo, es una de las cosas más difíciles que buscamos alcanzar y aprender durante nuestra vida. Sea que durante este viaje creamos o no en otro lugar más allá al final; lo que de momento sabemos es que por alguna razón estamos en tránsito por este universo con o sin una hoja de ruta. Y una forma de hacerlo, que es la poesía, permite vincular el más profundo sentir con el más profundo decir; el cual para esta ocasión se ve reflejado en el libro Gare de Lyon.

Gare de Lyon es el primer libro de María Jesús Cordero. Una autora que en su primera obra deja clara su intención creando una bitácora poética donde se da la búsqueda de contrastes entre lo espiritual y lo real desde una voz ajena y a la vez cercana en una cultura distinta a la de su nacimiento.

Y es que tanto su título, que alude a la famosa estación de metro, como las lecturas de sus primeros versos nos dan una declaración inmediata. Así entonces escribe: El germen de la burocracia tiñe desde las relaciones comerciales hasta las relaciones amorosas, versos que denotan, desde mi punto de vista, la intención de mostrarnos cómo le afecta reconocer que hay cosas que, independiente el lugar de origen, no cambian en las sociedades como el poder de quienes están detrás del escritorio.

Pero además encontramos líneas como: Los ángeles caídos están en todas partes… Saben que no podrán retornar al cielo, pero mientras esperan su viaje hacia el abismo, conservan la esperanza de la redención. Aludiendo quizás a seres no sólo espirituales, sino a los de carne y hueso que por sus actos demuestran su amor y compasión y que le dan el mayor sustento poético de desarrollo en esta obra en su extensión.

Y es que esta obra posee dentro de sí más capas de lo mencionado, como presentar temas como la maternidad, los espacios públicos, la institución religiosa o la historia de quien viene de otro lugar a vivir, y que debe aprender a sobrellevar el día a día presente en versos como: Vivió en otro país. / Vivió momentos felices, pero la mayor parte del tiempo fue difícil y casi no experimentó otra cosa que la soledad. / No conocía el sistema que como buen Leviatán la persiguió para devorarla. / No conocía el idioma, estaba perdida/ No conocía el idioma, estaba perdida. / Solo pudo conseguir un trabajo con horarios ridículos y de largas jornadas sin descanso.

De esta manera, Gare de Lyon es una suma de poemas desde la voz extranjera en una ciudad cosmopolita, pero siempre envuelta en lo humano, por lo que se le hace más necesario no sólo contemplar, sino dejar hablar a la gente “común” para mostrarnos lo que hay detrás de una sociedad “civilizada”; aunque también puede que en el fondo no sea lo más esencial, sino aquello más allá. Donde lo eterno permanece y los ángeles caídos son más poderosos que la burocracia.