Estudios Evangélicos

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Tareas antirrevolucionarias

Las fuerzas políticas cristianas consecuentes son necesariamente antirrevolucionarias, enemigas de las ideas revolucionarias y de sus consecuencias en la acción (cfr. Groen van Prinsterer 2010). La posición auténticamente cristiana, por lo tanto, es políticamente incorrecta en Iberoamérica, donde se da por sentado que la gente inteligente y bondadosa es de izquierda y comulga con ideas revolucionarias. Es aventurado elucubrar acerca del origen de esta curiosa creencia, pero no hay duda de que ha arraigado profundamente en la mentalidad de esta región.

Es por ello que la primera tarea antirrevolucionaria consiste en liberar nuestra mente de la conformidad a este siglo, de las ideas dominantes, del rampante humanismo antropocéntrico que infecta a las iglesias.

TAREAS ANTIRREVOLUCIONARIAS I

La primera tarea antirrevolucionaria tiene lugar en el fuero interno del cristiano nacido de nuevo. En obediencia a Romanos 12:2 y 2 Corintios 10:5 el hijo de Dios debe cobrar consciencia de que el pensamiento es el principal campo de batalla espiritual. La primera tarea consiste, pues, en una reforma del entendimiento que transforme la cosmovisión abandonando los motivos religiosos básicos que inconscientemente gobiernan la mente del común. Pues es muy importante notar que la conversión de una religión a otra no acarrea automáticamente un cambio entero y perfecto de cosmovisión. En particular, el nuevo nacimiento no borra de tajo los años de haber sido criado en otra cultura religiosa. Es posible ser nacido de nuevo y, sin embargo, estar en buena medida dominado, debido al hábito, por una cosmovisión enraizada en otra creencia religiosa (Walsh y Middleton 2003). En Iberoamérica, en particular, prevalecen formas de humanismo provenientes de la Ilustración francesa, de las cosmovisiones marxistas, del postmodernismo, u originadas en el chamanismo prehispánico y el sincretismo religioso.

TAREAS ANTIRREVOLUCIONARIAS II

La lucha antirrevolucionaria no se gana primordialmente de manera militar: es ante todo una lucha por las consciencias. Se trata de cuál narrativa gana la mente de la población. Hasta este momento, es la narrativa izquierdista la que tiene cautivada la mente de la mayoría, pues la educación pública que se imparte en Iberoamérica está plagada de ideologías afines a las izquierdas y mentiras históricas. Y los cristianos en general —católicos, protestantes o evangélicos— están desperdigados y controlados por la narrativa dominante, o bien son estigmatizados como “conservadores”. Por lo tanto, la tarea principal es la producción de una narrativa verdadera, iluminada por una cosmovisión auténticamente escritural. Para poder construir la narrativa apropiada, justa y verdadera, acorde con la Escritura, es menester cultivar la filosofía.

TAREAS ANTIRREVOLUCIONARIAS III

El Estado es plenamente real sólo donde posee el monopolio del poder de la fuerza en el territorio que gobierna. Por lo tanto, la principal prioridad del partido antirrevolucionario será reducir al mínimo el poder de todas las organizaciones armadas que compiten con los Estados dentro de los territorios de los países. Esto implicará la construcción de un sistema estatal de información e inteligencia, de un buró de investigaciones eficaz, la restitución de la dignidad y centralidad de los ejércitos, así como la reforma del sistema de justicia. La función fundacional del Estado es el poder de la espada, es decir el poder militar, pero la dirección que lo guía –su función guía– es la justicia pública plasmada en un sistema legal positivo.

TAREAS ANTIRREVOLUCIONARIAS IV

El partido antirrevolucionario no es “conservador”, si por “conservadurismo” se entiende la defensa de las costumbres sobre la base de la mera tradición. Más bien, su ética está fundamentada en la ley divina como se revela en las Escrituras, la cual a su vez debe juzgar todas las costumbres. El partido antirrevolucionario será respetuoso de las preferencias sexuales, pero se opondrá vigorosamente a las políticas del cabildeo LGTBI y en general del mal llamado “marxismo cultural”, que no es otra cosa que un exceso liberal. También pondrá énfasis en el respeto a todas las personas, particularmente los niños y las mujeres, pero insistirá en el cuidado hacia los más desvalidos, que son los niños en el vientre y los ancianos. Promoverá como ética pública todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre.

TAREAS ANTIRREVOLUCIONARIAS V

En la economía, el partido revolucionario sólo debe garantizar el cumplimiento de los contratos y crear condiciones óptimas para la libre concurrencia de los particulares, que permita la creación de un mercado libre y competitivo. El partido debe combatir el capitalismo de amigos y el rentismo, las oligarquías que extraen rentas indebidas al margen de la competencia. La tendencia es hacer a todos los ciudadanos gente apta para sostenerse por sí misma y no depender de las dádivas del gobierno. No obstante, sin menoscabo de las entidades filantrópicas, deberá atender a las personas desvalidas (las “viudas” y los “huérfanos”). No solamente mediante la fijación de entregas de bienes, servicios o recursos financieros cuando ello sea indispensable, sino sobre todo luchando por imbuir en la población la convicción de que los más desvalidos son los seres humanos en el vientre de su madre, así como los ancianos debilitados y enfermos.

Referencias

Groen van Prinsterer, G. (2010). Incredulidad y revolución. Xalapa: Fábrica de Ideas.

Walsh, B. J. y J. R. Middleton (2003). Cosmovisión cristiana. Una visión transformadora. Barcelona: Clié.